lunes, 9 de noviembre de 2020

La importancia de Platón en la historia de la humanidad

Fue el inventor del término “filosofía” y el que encauzó la filosofía como reflexión sobre todos los campos de la vida humana.

• Fundó la Academia: la institución educativa más longeva de la historia de la Humanidad
• Influyó mucho en Aristóteles, su discípulo
• Influencia en la espiritualidad del cristianismo. A través de Agustín de Hipona y de la Filosofía de la Edad Media: La auténtica vida no consiste en los placeres sensibles, sino que tiene una dimensión más profunda, en la que es más importante la parte espiritual del ser humano, la que no se ve. Las cuatro virtudes cardinales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza.
• Influencia en el Renacimiento, especialmente a través de la nueva Academia en Florencia (XV) (de donde tomaron nombre multitud de instituciones en Europa: por ejemplo, la Real Academia de la Lengua). Muestra de la influencia de Platón en el Renacimiento: El nacimiento de Venus de Botticelli.

Imagen recogida de aquí
El título de la obra no es exacto, ya que el cuadro no representa el momento del nacimiento de la diosa, sino la llegada de Venus sobre una concha a la playa. Platón en El Banquete habla de dos Venus: la Venus celeste, que representaría el amor puro y espiritual, y la Venus terrestre, que representaría el amor vulgar y material. La Venus de Boticelli no representa el amor carnal o el placer sensual, sino que, con su postura decorosa y sus bellas facciones, representa el ideal de la inteligencia y del bien. Esta Venus es engendrará por la unión del espíritu y la materia, de la luz y la oscuridad. A la izquierda de la pintura se encuentra la luz, representada por Céfiro, el dios del viento, hijo de la Aurora, que trae en sus brazos a su mujer Flora, diosa que esparce rosas, las flores del amor. Céfiro con su viento empuja a Venus hacia la playa. Allí, la diosa de la primavera la espera con un manto de flores para cubrirla y llevarla a la tierra y al bosque. Parece que la belleza, Venus, llevará la sabiduría y el bien a la tierra. La escena expresa serenidad, belleza y elevación (todos los personajes flotan en el aire). Lo que nos enseña este cuadro es la belleza pura, sin ornamentos ni ropas que la cubran. El desnudo significa el bien puro sin mezcla del mal. La imagen nos hace pensar que la belleza del cuerpo no es más que un reflejo de la belleza espiritual. Y sobre todo, que esta belleza es la manifestación del bien: la belleza eleva
nuestro espíritu por encima de la vulgaridad de la vida cotidiana y nos hace pensar en un mundo donde el bien triunfa y, por tanto, nos impulsa a la lucha por el bien.
• Creó el comunismo y tuvo una gran influencia en las utopías creadas a partir del
Renacimiento: Tomás Moro, Campanella, Bacon, socialismo utópico…
• Gran impacto incluso en los filósofos que lo criticaron: materialistas, Marx, Nietzsche…
• Platón adelanta temas que seguimos pensando en nuestra época: corrupción política,
influencia de los medios de comunicación (la caverna de nuestro tiempo), importancia de la
educación, preocupación por mejorar el sistema político de gobierno…
• Sigue influyendo en el arte actual: Matrix


El mito de la caverna (La República VII, 514a-517c): uno de los textos más importantes de la historia de la Humanidad

RESUMEN: En este diálogo, Sócrates pide a Glaucón que imagine a un grupo de prisioneros que se encuentran encadenados desde su infancia detrás de un muro, dentro de una caverna. Allí, un fuego ilumina al otro lado del muro, y los prisioneros ven las sombras proyectadas por objetos que se encuentran sobre este muro, los cuales son manipulados por otras personas que pasan por detrás. Sócrates dice a Glaucón que los prisioneros creen que aquello que observan es el mundo real, sin darse cuenta de que son solo las apariencias de las sombras de esos objetos.

Más adelante, uno de los prisioneros consigue liberarse de sus cadenas y comienza a ascender. Este observa la luz del fuego más allá del muro, cuyo resplandor le ciega y casi le hace volver a la oscuridad.

Poco a poco, el hombre liberado se acostumbra a la luz del fuego y, con cierta dificultad, decide avanzar.

Sócrates propone que este es un primer paso en la adquisición de conocimiento. Después, el hombre sale al exterior, en donde observa primero los reflejos y sombras de las cosas y las personas, para luego verlas directamente. Finalmente, el hombre observa a las estrellas, a la luna y al sol. Sócrates sugiere que el hombre aquí razona de forma tal que concibe a ese mundo exterior (mundo de las ideas), como un mundo superior. El hombre, entonces, regresa para compartir esto con los prisioneros en la caverna, ya que siente que debe ayudarles a ascender al mundo real.

Cuando regresa a la caverna por los otros prisioneros, el hombre no puede ver bien, porque se ha acostumbrado a la luz exterior. Los prisioneros piensan que el viaje le ha dañado y no desean acompañarle fuera. Platón, a través de Sócrates, afirma que estos prisioneros harían lo posible por evitar dicha travesía, llegando a matar incluso a quien se atreviera a intentar liberarlos.

Imagen recogida de aquí


Texto (podéis preparar preguntas de las partes del texto que no se entienden bien)


I - Y a continuación -seguí-, compara con la siguiente escena el estado en que, con respecto a la educación o a la falta de ella, se halla nuestra naturaleza. Imagina una especie de cavernosa vivienda subterránea provista de una larga entrada, abierta a la luz, que se extiende a lo ancho de toda la caverna, y unos hombres que están en ella desde niños, atados por las piernas y el cuello, de modo que tengan que estarse quietos y mirar únicamente hacia adelante, pues las ligaduras les impiden volver la cabeza; detrás de ellos, la luz de un fuego que arde algo lejos y en plano superior, y entre el fuego y los encadenados, un camino situado en alto, a lo largo del cual suponte ha sido construido un tabiquillo parecido a las mamparas que se alzan entre los titiriteros y el público, por encima de las cuales exhiben aquellos sus maravillas.

- Ya lo veo-dijo.

- Pues bien, ve ahora, a lo largo de esa paredilla, unos hombres que transportan toda clase de objetos, cuya altura sobrepasa la de la pared, y estatuas de hombres o animales hechas de piedra y de madera y de toda clase de materias; entre estos portadores habrá, como es natural, unos que vayan hablando y otros que estén callados.

- ¡Qué extraña escena describes -dijo- y qué extraños prisioneros!

- Iguales que nosotros-dije-, porque, en primer lugar, ¿crees que los que están así han visto otra cosa de sí mismos o de sus compañeros sino las sombras proyectadas por el fuego sobre la parte de la caverna que está frente a ellos?

- ¿Cómo--dijo-, si durante toda su vida han sido obligados a

mantener inmóviles las cabezas?

- ¿Y de los objetos transportados? ¿No habrán visto lo mismo?

- ¿Qué otra cosa van a ver?

- Y si pudieran hablar los unos con los otros, ¿no piensas que creerían estar refiriéndose a aquellas sombras que veían pasar ante ellos?

- Forzosamente.

- ¿Y si la prisión tuviese un eco que viniera de la parte de enfrente? ¿Piensas que, cada vez que hablara alguno de los que pasaban, creerían ellos que lo que hablaba era otra cosa sino la sombra que veían pasar?

- No, ¡por Zeus!- dijo.

- Entonces no hay duda-dije yo-de que los tales no tendrán por real ninguna otra cosa más que las sombras de los objetos fabricados.

- Es enteramente forzoso-dijo.

- Examina, pues -dije-, qué pasaría si fueran liberados de sus cadenas y curados de su ignorancia, y si, conforme a naturaleza, les ocurriera lo siguiente. Cuando uno de ellos fuera desatado y obligado a levantarse súbitamente y a volver el cuello y a andar y a mirar a la luz, y cuando, al hacer todo esto, sintiera dolor y, por causa de las chiribitas, no fuera capaz de ver aquellos objetos cuyas sombras veía antes, ¿qué crees que contestaría si le dijera alguien que antes no veía más que sombras inanes y que es ahora cuando, hallándose más cerca de la realidad y vuelto de cara a objetos más reales, goza de una visión más verdadera, y si fuera mostrándole los objetos que pasan y obligándole a contestar a sus preguntas acerca de qué es cada uno de ellos? ¿No crees que estaría perplejo y que lo que antes había contemplado le parecería más verdadero que lo que entonces se le mostraba?

- Mucho más-dijo.


II. -Y si se le obligara a fijar su vista en la luz misma, ¿no crees que le dolerían los ojos y que se escaparía, volviéndose hacia aquellos objetos que puede contemplar, y que consideraría que éstos, son realmente más claros que los que le muestra?- Así es -dijo.

- Y si se lo llevaran de allí a la fuerza--dije-, obligándole a recorrer la áspera y escarpada subida, y no le dejaran antes de haberle arrastrado hasta la luz del sol, ¿no crees que sufriría y llevaría a mal el ser arrastrado, y que, una vez llegado a la luz, tendría los ojos tan llenos de ella que no sería capaz de ver ni una sola de las cosas a las que ahora llamamos verdaderas?

- No, no sería capaz -dijo-, al menos por el momento.

- Necesitaría acostumbrarse, creo yo, para poder llegar a ver las cosas de arriba. Lo que vería más fácilmente serían, ante todo, las sombras; luego, las imágenes de hombres y de otros objetos reflejados en las aguas, y más tarde, los objetos mismos. Y después de esto le sería más fácil el contemplar de noche las cosas del cielo y el cielo mismo, fijando su vista en la luz de las estrellas y la luna, que el ver de día el sol y lo que le es propio.

- ¿Cómo no?

- Y por último, creo yo, sería el sol, pero no sus imágenes reflejadas en las aguas ni en otro lugar ajeno a él, sino el propio sol en su propio dominio y tal cual es en sí mismo, lo que. él estaría en condiciones de mirar y contemplar.

- Necesariamente -dijo.

- Y después de esto, colegiría ya con respecto al sol que es él quien produce las estaciones y los años y gobierna todo lo de la región visible, y que es, en cierto modo, el autor de todas aquellas cosas que ellos veían.

- Es evidente -dijo- que después de aquello vendría a pensar en eso otro.

- ¿Y qué? Cuando se acordara de su anterior habitación y de la ciencia de allí y de sus antiguos compañeros de cárcel, ¿no crees que se consideraría feliz por haber cambiado y que les compadecería a ellos?

- Efectivamente.

- Y si hubiese habido entre ellos algunos honores o alabanzas o recompensas que concedieran los unos a aquellos otros que, por discernir con mayor penetración las sombras que pasaban y acordarse mejor de cuáles de entre ellas eran las que solían pasar delante o detrás o junto con otras, fuesen más capaces que nadie de profetizar, basados en ello, lo que iba a suceder, ¿crees que sentiría aquél nostalgia de estas cosas o que envidiaría a quienes gozaran de honores y poderes entre aquellos, o bien que le ocurriría lo de Homero, es decir, que preferiría decididamente "trabajar la tierra al servicio de otro hombre sin patrimonio" o sufrir cualquier otro destino antes que vivir en aquel mundo de lo opinable?

- Eso es lo que creo yo -dijo -: que preferiría cualquier otro destino antes que aquella vida.

- Ahora fíjate en esto -dije-: si, vuelto el tal allá abajo, ocupase de nuevo el mismo asiento, ¿no crees que se le llenarían los ojos de tinieblas, como a quien deja súbitamente la luz del sol?

- Ciertamente -dijo.

- Y si tuviese que competir de nuevo con los que habían permanecido constantemente encadenados, opinando acerca de las sombras aquellas que, por no habérsele asentado todavía los ojos, ve con dificultad -y no sería muy corto el tiempo que necesitara para acostumbrarse-, ¿no daría que reír y no se diría de él que, por haber subido arriba, ha vuelto con los ojos estropeados, y que no vale la pena ni aun de intentar una semejante ascensión? ¿Y no matarían, si encontraran manera de echarle mano y matarle, a quien intentara desatarles y hacerles subir?

- Claro que sí -dijo.


III. -Pues bien -dije-, esta imagen hay que aplicarla toda ella, ¡oh amigo Glaucón!, a lo que se ha dicho antes; hay que comparar la región revelada por medio de la vista con la vivienda-prisión, y la luz del fuego que hay en ella, con el poder del sol. En cuanto a la subida al mundo de arriba y a la contemplación de las cosas de éste, si las comparas con la ascensión del alma hasta la región inteligible no errarás con respecto a mi concepción, que es lo que tú deseas conocer, y que sólo Dios sabe si está en lo cierto. En fin, he aquí lo que a mí me parece: en el mundo inteligible lo último que se percibe, y con trabajo, es la idea del bien, pero, una vez percibida, hay que colegir que ella es la causa de todo lo recto y lo bello que hay en todas las cosas; que, mientras en el mundo visible ha engendrado la luz y al soberano de ésta, el sol, en el inteligible es ella la soberana y productora de verdad y conocimiento, y que tiene por fuerza que verla quien quiera proceder sabiamente en su vida privada o pública (traducción adaptada de J. M. Pabón y M. Fernández, Madrid, Instituto de Estudios políticos, 1969).



CUESTIONES PARA EL DEBATE (algunas preguntas derivan del texto y otras de la exposición que haré)

• ¿Podría ser que estuviéramos, como en la caverna o Matrix, en un mundo falso y de sombras?

• ¿Vivimos cegados por el mundo de los sentidos y los placeres sensibles y nos perdemos la auténtica realidad? ¿Hay una realidad más allá de la que nos enseñan los sentidos?

• ¿Los ideales son una evasión de la realidad o necesitamos conocer el mundo ideal para poder descender a la cruda realidad y transformarla?

• La ciencia es un conocimiento válido para todos los hombres, ¿o es solo una visión occidentalizada de la realidad?

• ¿La ciencia es la única manera correcta de conocer y comprender la realidad o hay otras maneras?

• ¿La ciencia es válida para todos los hombres y para siempre?

• ¿La política es una cuestión de ciencia o de opiniones? ¿Se puede hacer una política científica?

Francisco Javier Espinosa

Coordinador del taller.

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