Un poco de historia
El autor decide ambientar la novela en pleno siglo XII, en la infancia minoría de edad del rey Alfonso VIII (1155-1214), también conocido como "El noble".
En el siglo XII la religión fue el eje sobre el que giraron los acontecimientos más importantes en Europa. Tuvieron lugar la Segunda y Tercera Cruzada. Esta última tuvo un relativo éxito, pero destaca sobre todo por tratarse del enfrentamiento entre dos de los mayores genios militares de la Edad Media: Ricardo I de Inglaterra, apodado "Corazón de León", y Saladino, el gran sultán sarraceno.
Esta contienda se selló en 1192 cuando Ricardo y Saladino pactaron que Jerusalén permanecería bajo control musulmán, aunque se garantizaría el libre acceso a los peregrinos cristianos.
La novela
La novela arranca en la infancia de los hermanos Fernando y Sancho, hijos del emperador Alfonso VII. Como era costumbre en esa época, los dos hijos son criados por familias nobles cercanas al rey.
El príncipe Fernando, futuro rey de León, crece bajo la tutela del Conde de Traba en el Castillo de Monterroso, Galicia. Allí crece junto a la hija del conde, Teresa, relación que marcará el futuro de Castilla. Teresa constituyó su primer amor, su refugio y consuelo de infancia.
Fernando es llamado, junto con Sancho, por orden de su padre. El emperador Alfonso VII reúne a toda su corte para comunicarles una decisión trascendental: a su muerte, el reino quedará dividido entre sus dos hijos, dejando a Sancho, su reflexivo y débil primogénito, el reino de Castilla, mientras que Fernando, su impulsivo hijo menor, recibirá la corona de León.
Con este reparto de territorios que no satisface a nadie, comienza un enfrentamiento entre las familias más relevantes: los Castro y los Lara. Fernando se mostrará más cercano a los Castro, mientras que Sancho se declinará por los Lara.
Sancho se casa con Blanca de Navarra mientras que Fernando permanece soltero. El emperador Alfonso VII muere en una contienda contra los almohades en Almería, comenzando así una lucha abierta entre los hermanos, lo que significará la fractura total del reino.
Blanca muere a consecuencia de un parto complicado del que no llega a recuperarse, y Sancho haría lo mismo apenas tres años después en extrañas circunstancias, dejando a un rey que aún no ha cumplido los cuatro años de edad frente a su tío, sin descendencia aún.
Sancho dispuso que a su muerte el niño quedase bajo la custodia de los Castro, mientras que la regencia del reino quedaba a manos de los Lara. Esta situación es muy delicada, y los Lara procuran que el niño-rey no caiga en manos de Fernando de Castro, muy alineado con el tío del niño, Fernando de León.
El enfrentamiento de ambas familias por el niño se recrudece hasta el punto de que Fernando reclama la custodia de su sobrino pactando la entrega en Soria. Algo que nunca sucede, quedando el niño quedando a cargo de Nuño de Lara que estaba casado con Teresa, hija del conde de Traba y compañera de infancia del rey Fernando.
Nuño de Lara criará al niño-rey y asumirá la regencia de Castilla hasta la mayoría de edad de Alfonso, coronado como Alfonso VIII. El rey Alfonso VIII, con el apoyo de la casa de Lara, va cobrando fuerza desde su anterior situación de indefensión y da un golpe maestro para recuperar el reino de Toledo, en manos de Fernán de Lara con la colaboración de un inconsciente mercader judío de la ciudad. Este episodio tendrá importantes consecuencias, puesto que Alfonso se inicia en el amor con una hija de este judío, Raquel la Fermosa, que más tarde se convertirá en su amante.
Y Alfonso cumple por fin 14 años, pudiendo reinar sin regente. Cuando se produce la coronación de Alfonso, éste tendrá que renunciar a su amada Raquel, mientras se concierta y celebra su matrimonio con una princesa francesa, Leonor de Plantagenet, hija de Enique II de Plantagenet y de Leonor de Aquitania.
Cuando la reina Leonor viaja para encontrarse con Alfonso conoce a Raquel y ambas, amante y esposa, se hacen amigas. Y llega acompañada de una monja que resultará ser la hija bastarda del antiguo rey Sancho de Castilla.
Las mujeres de la novela, las verdaderas reinas en la sombra
La novela es un relato histórico donde los personajes están muy desarrollados. Las grandezas y las miserias de sus protagonistas nos acompañan durante todo el día.
Teresa es sin duda la verdadera protagonista de la novela. Una auténtica reina de Castilla en la sombra. Es el eje alrededor del cual se construyen y fluyen los acontecimientos.
Los personajes femeninos se imponen en protagonismo al de los hombres. Teresa y Cecilia son fundamentales, pero hay otras muchas mujeres que marcan el destino de los hombres, de los reyes, de los reinos.
Personajes de gran relieve como la judía Raquel la Fermosa, la dueña Teodomira o la monja Dorotea, dotan a la novela de pasión, drama, amor y desamor. Una combinación perfecta para mantener al lector en vilo.
Acerca del autor
Jose María Pérez, más conocido como Peridis, es arquitecto y dibujante. Además, ha publicado varios libros sobre humor y sátira política.
Saltó a la pequeña pantalla con el programa de TVE Las claves del románico, con varias temporadas en antena. En la actualidad colabora diariamente con sus viñetas en el diario El País y es presidente de la Fundación Santa María La Real.
Con la novela Esperando al rey, Peridis se ha alzado con el Premio de Novela Histórica Alfonso X el Sabio 2014.
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