Entre la presente sesión y las dos siguientes abordaremos directamente el comentario de la novela. A tal efecto se ha elaborado un guión con veintidós puntos, que facilitarán el intercambio de ideas sobre la novela en las sesiones de los talleres.
Ver otras tandas de reflexión.
Ver otras tandas de reflexión.
EL AGUA
A LA INTEMPERIE
¿Qué
protagonismo tiene el agua en “Intemperie”? ¿Os habéis fijado el número de
veces que aparece esta palabra en el texto? A continuación se incluyen diversos
párrafos en los que se halla presente la voz “agua”:
1.
Se preguntó si habría algo en la línea que unía su posición con ese norte total
que pudiera convenirle. Quizá frutales en los bordes de los caminos, fuentes de
agua limpia, largas primaveras.
2.
Royó la corteza, intentando alejar de sí la idea de que no tenía agua.
3.
Había llegado hasta allí en busca de agua. Al pie de donde debió de estar la
torre, los restos de una higuera muerta se enmarañaban entre los barrotes de
una reja. Por la abundancia de ramas entrelazadas, dedujo que en otro tiempo
abundó el agua bajo sus raíces.
4.
Otra vez le vino a la cabeza el tonel de la casa. En él guardaban el agua de
lluvia que recogía el tejado en los días en que caía algo del cielo.
5.
Su madre se encargaba de acudir al caño de la plaza con un cántaro de una
arroba para que el nivel del agua no bajara de la marca que había en el
interior de la cuba.
6.
Luego, a la luz de un fuego como el que había encendido el cabrero, espetaría
sus presas y las asaría bajo las estrellas y la amable brisa de la noche. No
había pensado en el agua que necesitaría, ni en dónde encontrarla.
7.
Descorchó la garrafa que había quedado en las aguaderas y la inclinó sobre la
lata, pero de ella no salió ni una gota.
8.
Un deseo de agua fresca y limpia del que no era del todo consciente, pero del
que sí lo eran sus células, pues era otro el modo en que la realidad las
impresionaba.
9.
Encontró restos de humedad al pie de un taray. Una multitud de pequeñas vías
fluviales, como un delta en miniatura, que escapaban hacia la charca ausente.
10.
El viejo le explicó que en aquella época del año, entre el calor, la escasez de
agua y el alimento seco, los animales se volvían rácanos.
11.
La noche era calurosa y bebieron hasta casi terminar con la poca agua que les
quedaba.
12.
Se agachó y, agarrando las garrafas por sus cuellos, las meneó para calcular el
agua que les quedaba.
13.
Pasó un par de horas subiendo agua hasta que las dos garrafas estuvieron
llenas.
14.
Una vez conocí a un tipo que llevaba sin beber agua desde los doce años.
15.
Debes ir a por agua lo antes posible.
16.
Si tiene sed, puedo ordeñar una cabra. Ya sé. Son ellas las que tienen que
beber.
17.
Fue suficiente para que el niño pudiera distinguir el cadáver decapitado del
macho flotando en el agua con la tripa abierta.
18.
Tendrás que ir a por agua tú solo. No sabía si se lo había dicho porque su
propia vida dependía de que el muchacho regresara con el agua o porque,
sencillamente, quería protegerle.
19.
Sin embargo, la falta de moradores podía suponer también la falta de agua.
20.
De sobra sabía lo que era un pozo abandonado y su agua malsana.
21.
En el agua que subía nadaban pequeñas lombrices blancas. Se desplazaban
encorvándose y estirándose como resortes minúsculos.
22.
Muchos días a la intemperie, una noche encaramado en una saetera y la
siguiente, en vela, buscando esa agua medio podrida.
23.
Como si de un zahorí se tratara, el burro avanzó por la calle arenosa hasta
llegar a la plaza, donde la orza tumbada había formado un charco bajo su boca.
Cuando llegaron, el burro se detuvo y agachó la cabeza para lamer la humedad
del barro.
24.
En cuanto le puso el recipiente delante, el animal metió el hocico por la boca
redonda y lamió el agua hasta que la lengua ya no alcanzó más profundidad.
25.
Las garrafas, envueltas en mimbre, eran como las que siempre había visto llenas
de vino y calculó que en ellas entrarían, al menos, dos arrobas de agua en cada
una.
26.
Si, además, volvía sin agua, el viejo moriría y no le cupo duda de que él
también.
27.
Pidió agua, pero el tullido le dijo que el agua del tonel estaba todavía sin
sanear.
28.
Por no esperar a que el agua de la cuba cociera y se enfriara, comió con medio
chato de vino de pitarra.
29.
Mientras engullía la comida, el hombre le contó que la poca gente que quedaba
en el pueblo se había marchado cuando el pozo había dejado de dar «agua en
condiciones».
30.
Las cabras enloquecidas por la falta de agua. Entendió que él podría correr la
misma suerte si no lograba escapar. Moriría de hambre o de sed atado a aquella
columna.
31.
Bebieron agua caliente de la que habían cocido la noche anterior.
32.
Fue hasta el brocal y sacó varias orzas de agua con las que dio de beber a los
animales hasta que no quisieron más.
33.
Pensó que el dolor que sentía en la tripa bien podría deberse al agua podrida
que estaban bebiendo y, que si no había aparecido antes, era porque su cuerpo
no había dispuesto de un solo minuto de calma.
LA SEQUÍA A LA INTEMPERIE
Resulta,
al menos, chocante que el término “sequía”, versus agua y como voz resultado de
su ausencia, se halle presente en “Intemperie” con menos profusión. En la
relación que se muestra aparecen las seis ocasiones en que aparece esta
palabra.
1.
Comprobó que, como había supuesto, los árboles eran chopos, y reconoció en sus
copas las marcas de la sequía.
2.
Antes de la sequía, el padre atendía la barrera y se encargaba de asistir al
jefe de estación en los cambios de vías.
3.
Cuando termine la sequía, volverán a pasar otra vez por aquí los tratantes y
los viajeros.
4.
Pensó que quizá la atesoraba para venderla a precio de oro el día en que el
caño dijera basta. Quizá quisiera proteger a su familia en caso de que volviese
a haber una sequía extrema y convertirse en el último hombre en abandonar el
pueblo.
5.
Luego llegó la sequía y las llanuras languidecieron hasta morir.
6. Cuando llegó la sequía, le dijeron que se iban a la ciudad en busca
de trabajo y que volverían a por él con un carro en cuanto estuvieran
instalados.
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