miércoles, 5 de febrero de 2014

Callejeando por Cuenca. Calle de las Torres.





Hoy nuestro recorrido literario por Cuenca nos lleva al a la Calle de las Torres de la mano de la Guía Histórico Legendaria de Benito Castejón




CASA DE LAS REJAS


      En la calle 18 de Julio hay una casa de piedra cuyos ventanales se hallan protegidos por grandes rejas; la fachada tiene así un aire de particular reciedumbre. A la altura del primer piso destaca un escudo sin armas; los tenantes del mismo están esculpidos con gran detalle y maestría, pudiéndose apreciar el vigor de sus músculos y la potencia e los tendones en piernas y brazos. Un escudo trabajado con tanto primor sin armas en sus cuarteles, despertó la fantasía popular, que nos transido la siguiente leyenda: Vivía aquí un matrimonio joven y todavía sin hijos. Visitante asiduo del matrimonio era el hermano del marido, conocido en la ciudad por sus lances amorosos.

     La cuñada era muy vistosa. Su hermano político le gastaba bromas, le hacía cumplimientos, la halagaba con piropos y besos. Todo esto le resbalaba a la fiel esposa (aunque no dejaba de agradarle), pues su marido estaba allí dándole seguridad.

     Al principio, las visitas coincidían con la presencia del hermano casado, pero con el correr del tiempo, las solícitas vecinas advirtieron que las visitas se producían cuando el marido estaba ausente.

      Al fin, la infidelidad de la esposa llegó a oídos del marido, y quiso cerciorarse por sí mismo de lo que no era capaz de comprender...

      Un día salió como de costumbre y se quedó al acecho en las cercanías. Efectivamente, su hermano entró en la casa...; dejó pasar un rato, y cuando volvió a su hogar, la ira y los celos cegaban sus ojos...: su esposa había sucumbido al afán de "novedad". Loco de dolor, la apuñaló para lavar con sangre la ofensa recibida...

    El hermano se escapó saltando por una ventana trasera. Cuando el marido vio a sus pies el cadáver de la única persona que podía hacerle feliz, tomó rápidamente una decisión: Huiría a Flandes, se enrolaría en los Tercios y, luchando valientemente, lograría una distinción de guerra que le rehabilitase civilmente de aquel crimen.

    En el camino de Flandes fue asaltado por los bandoleros, y en la refriega pereció su criado acompañante.

      En los Países Bajos pronto demostró su temple y su valentía, pero su temeridad le hizo caer en una emboscada, vendiendo cara su vida.

     La justicia de Cuenca había actuado rápidamente y tenía al hermano en la cárcel. Se hizo el juicio, y para cumplir la sentencia, se esperó a que el marido asesino quedara libre de su enrolamiento en los Tercios. Al saber que había muerto, se dio curso al proceso, y el hermano sufrió la pena de garrote vil.

     La hidalga familia de la "Casa de las Rejas" quedaba extinguida con la desgraciada muerte de los dos hermanos. Para que las gentes no conociesen el nombre de la familia que había sufrido tan trágico fin, el juez ordenó al verdugo que raspase las armas del escudo.

Posada San Julian
POSADA DE SAN JULIÁN
   
La antigua "Posada de San Julián" tiene un balcón de esquina tapiado. Dicen las gentes que ésta era la morada de una noble familia... La dueña había llegado a esa edad indefinida y difícil de los cuarenta. Y entre la servidumbre había un paje apuesto y servicial que, como José, el de la Biblia, no quiso acceder a las insinuaciones de su dueña, y acusado falsa y villanamente por ésta, fue ahorcado en el balcón y expuesto su cadáver a la vergüenza pública.

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