lunes, 15 de febrero de 2021

La filosofía de Spinoza

 ALGUNOS TEXTOS SOBRE METAFÍSICA

1. No sé por qué la materia sería indigna de la naturaleza divina, supuesto que (por la proposición 14) no puede darse fuera de Dios substancia alguna por la que la naturaleza divina pueda ser afectada. Digo, pues, que todas las cosas están en Dios y que todo lo que ocurre, ocurre en virtud de las solas leyes de la infinita naturaleza de Dios y se sigue (como enseguida mostraré) de la necesidad de su esencia (EIP15S).

2. Como los hombres encuentran, dentro y fuera de sí mismos, no pocos medios que cooperan en gran medida a la consecución de lo que les es útil, como, por ejemplo, los ojos para ver, los dientes para masticar, las hierbas y los animales para alimentarse, el sol para iluminar, el mar para criar peces, ello hace que consideren todas las cosas de la naturaleza como si fuesen medios para conseguir lo que les es útil. Y puesto que saben que esos medios han sido encontrados, pero no organizados por ellos, han tenido así un motivo para creer que hay algún otro ser que ha organizado dichos medios con vistas a que ellos los usen. Pues una vez que han considerado las cosas como medios, no han podido creer que se hayan hecho a sí mismas, sino que han tenido que concluir, basándose en el hecho de que ellos mismos suelen servirse de medios, que hay algún o algunos rectores de la naturaleza, provistos de libertad humana, que les han proporcionado todo y han hecho todas las cosas para que ellos las usen. Ahora bien, dado que no han tenido nunca noticia de la índole de tales dioses, se han visto obligados a juzgar de ella a partir de la suya y así han afirmado que los dioses enderezan todas las cosas a la humana utilidad, con el fin de atraer a los hombres y ser tenidos por ellos en el más alto honor; de donde resulta que todos, según su propia índole, hayan pensado diversos modos de dar culto a Dios, con el fin de que Dios los amara más que a los otros y dirigiese la naturaleza entera en provecho de su ciego deseo e insaciable avaricia (E IAp) CUESTIONES PARA EL DEBATE

➢ ¿Hay libertad o todo sucede necesariamente?

➢ ¿El pensamiento es una realidad especial o es parte de la naturaleza material?

➢ ¿Por qué la naturaleza se rige por leyes científicas y no es un caos?

➢ ¿En una visión científica de la realidad puede haber lugar para Dios?

Imagen recogida de aquí


ALGUNOS TEXTOS SOBRE POLÍTICA

1. El fin último del Estado no es dominar a los hombres, ni sujetarlos por el miedo, ni someterlos, sino, por el contrario, librarlos a todos del miedo, para que vivan, en cuanto sea posible, con seguridad; esto es, para que conserven al máximo su derecho natural de existir y actuar, sin daño suyo ni ajeno. El fin del Estado, repito, no es convertir a los hombres de seres racionales en bestias o autómatas, sino lograr más bien que su mente y su cuerpo desempeñen sus funciones con seguridad y que ellos se sirvan de su razón libremente y que no se combatan con odios, iras o engaños, ni que se ataquen con perversas intenciones. El verdadero fin del estado es, pues, la libertad (TTP, cap. 20 241).

2. Cuando me puse a estudiar la política, no me propuse exponer algo nuevo o inaudito, sino demostrar de forma segura e indubitable, o deducir de la misma condición de la naturaleza humana, sólo aquellas cosas que están perfectamente acordes con la práctica. Y, a fin de investigar todo lo relativo a esta ciencia política con la misma libertad de espíritu con que solemos tratar los temas matemáticos, me he esmerado en no ridiculizar, ni lamentar, ni detestar las acciones humanas, sino en entenderlas. Por eso he contemplado los afectos humanos, como son el amor, el odio, la ira, la envidia, el orgullo, la misericordia y las demás emociones del ánimo, no como vicios de la naturaleza humana, sino como propiedades que le pertenecen, del mismo modo que el calor, el frío, la tempestad o el trueno pertenecen a la naturaleza del aire (TP 1/4).

3. […] el varón de ánimo fuerte no odia a nadie, ni se irrita, envidia, se indigna o siente desprecio por nadie; no experimenta la menor soberbia. […] el odio ha de ser vencido por su contrario, el amor, y que todo el que se guía por la razón desea también para los demás el bien que apetece para sí mismo […]; el varón de ánimo fuerte considera ante todo que todas las cosas se siguen de la necesidad de la naturaleza divina y, por ende, sabe que cuando alguien piensa que algo es molesto y malo, o inmoral, horrendo, injusto y deshonesto, es porque tiene una concepción desordenada, mutilada y confusa de las cosas; y, por esta causa, el varón de ánimo fuerte se esfuerza sobre todo por concebir las cosas tal como son en sí, y apartar los obstáculos que se oponen al verdadero conocimiento, tales como el odio, la ira, la envidia, la burla, la soberbia […]; y de esta suerte, se esfuerza, cuando puede, como hemos dicho, por obrar bien y estar alegre (E 4P73Es) .

4. Si dos se ponen mutuamente de acuerdo y unen sus fuerzas, tienen más poder junto y, por tanto, también más derecho que cada uno por sí solo. Y cuantos más sean los que se unen, más derecho tendrán unidos (TP 2/13).

5. Así como el hombre más poderoso es el que se guía por la razón, del mismo modo es también más poderosa y más autónoma aquella sociedad que es fundada y regida por la razón. El derecho del estado se determina por el poder de la multitud que se comporta como una sola mente. Ahora bien, esta unión de ánimos no puede concebirse más que si el estado busca lo que la sana razón enseña ser útil a todos los hombres (TP 3/8).

6. Lo que provoca la indignación en la mayoría de los ciudadanos hace perder poder a los gobernantes. No cabe duda, en efecto, que los hombres tienden por naturaleza a conspirar contra algo, cuando les impulsa un mismo miedo o anhelo de vengar un mismo daño. Y como el poder del estado se define por el poder conjunto de la multitud, está claro que el poder y el derecho de los gobernantes disminuyen en cuanto que dan motivos para que muchos se unan contra ellos (TP 3/9).

7. No podemos dudar de que, si dos comunidades políticas quieren prestarse mutua ayuda, tienen más poder y, por tanto, más derechos las dos unidas que cada una por sí sola (TP 3/12).

8. Para aquellos o aquel que detenta el poder del Estado es tan imposible correr borracho o desnudo con prostitutas por las plazas, hacer el payaso, violar o despreciar abiertamente las leyes por él dictadas y, al mismo tiempo, mantener la majestad estatal, como lo es ser y a la vez no ser. Asesinar a los súbditos, espoliarlos, raptar a las vírgenes y cosas análogas transforman el miedo en indignación y, por tanto, cambian la situación de vivir en una comunidad política por la situación de vivir en un estado de hostilidad (TP 4/4).

9. Si la naturaleza humana estuviera constituida de suerte que los hombres desearan con más vehemencia lo que les es más útil, no haría falta ningún arte para lograr la concordia y la fidelidad. Pero como la naturaleza humana está conformada de modo muy distinto, hay que organizar de tal forma el Estado que todos, tanto los que gobiernan como los que son gobernados, quiéranlo o no, hagan lo que exige el bien común, es decir, que todos, por propia iniciativa o por la fuerza, vivan según el dictamen de la razón. Lo cual se consigue, si se ordenan de tal suerte los asuntos del Estado, que nada de cuanto se refiere al bien común se confíe totalmente a la buena fe de nadie (TP 6/3).

10. La multitud puede mantener bajo el rey una libertad suficientemente amplia, con tal de que logre que el poder del rey se determine por el solo poder de la misma multitud y se mantenga con su solo apoyo (TP 7/31).

11. Si existe realmente un poder absoluto, sin duda es aquel que es detentado por toda la multitud (TP 8/3).

CUESTIONES PARA EL DEBATE

➢ ¿Realmente el poder político está en la gente, en la multitud, o está en las élites político-económicas? ¿De dónde surge el poder político?

➢ ¿Todo poder político es una apropiación del poder de la multitud?

➢ ¿La democracia es más fuerte que la tiranía? ¿La razonabilidad política de buscar el bien común es más fuerte que los apetitos de avaricia de poder de los tiranos?

➢ ¿Cómo hacer que la multitud se una para enderezar la política hacia el bien común? ¿Qué podemos hacer los ciudadanos corrientes para mejorar la política?


Francisco Javier Espinosa

Coordinador del taller.

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