- Nos levantamos cuando hay luz, nos acostamos cuando está oscuro.
- Los animales no saben de relojes y parece que se apañan
- ¿Y cuando coméis?, cuando el estómago ruge tan fuerte que no hay elección. Eso o cuando madre llama y dice que ya está la comida.
- Le preguntan que cuando cumple los años. Y responde "Madre estaba en el prado y estaba sudando, era la época de recogida de la cosecha de cebada"
- Me quedé ahí un momento mirando el césped y la mesa que había fuera. Los pájaros cantaban. Sabía que hora era, aunque no había leído un reloj en mi vida. Ahora ya habrían terminado de ordeñar y ya estarían de vuelta en casa. Abuelo estaría tomando el desayuno, si es que se habían acordado de sacarlo del cuarto de las manzanas.
- Y entonces era la época cuando el año se convierte en el año que viene y 1830 se convirtió en 1831 por los años del señor.
Foto tomada de aquí |
Setas, es un gran saber tradicional que ha pasado de forma oral generación en generación mientras nuestra sociedad fue rural. En la actualidad, en tan solo una generación se ha perdido ese saber ancestral.
El otoño es la época en la que encuentro setas debajo de las hojas y del musgo y me las llevo a casa para cocinarlas y hay una que si la partes por la mitad se pone a sangrar y le sale leche.
Hablamos de supersticiones antiguas, las que refiere en la novela no son de nuestra cultura, pero en cada lugar hay un buen número de ellas. En la novela hace referencia a dos:
- Los huevos de las gallinas tienen que ser impares o da mala suerte, y la protagonista trampea el resultado dejando uno en el ponedero si hay un número par de huevos.
- Colocan el corazón del cerdo con alfileres en la chimenea, para mantener al diablo alejado. No echan mucha leña en la hoguera para que no haga una gran llama que abrase el corazón.
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