miércoles, 24 de septiembre de 2014

"El misterio de la Ciudad Encantada". Historias y leyendas de Cuenca




En esta ocasión nuestro paseo literario por Cuenca, va más allá de las barreras de la ciudad para situarnos en la Ciudad Encantada, caminando de la mano de Historias y leyendas de Cuenca de Miguel Tirado






"Siempre se ha dicho que la Ciudad Encantada de Cuenca es el resultado de un fenómeno geológico resultante de la continua erosión originada por el viento, el agua y el hielo en un terreno calizo, ocasionando esas moles rocosas con figuras de animales, hombres y objetos, logrando una ciudad con apariencia dormida. Pero quien hace volar su fantasía puede llegar a crear una misteriosa, increíble y alucinante historia como ésta que vamos a referir más parecida a un hechizo, ya que aparecen figuras pétreas en un laberinto donde se da forma a lo irreal.
Foto de "Mundo foto"
Según esta genialidad histórica, parece que hubo un rey en una tribu primitiva que a la vez era hechicero y que instaló a su pueblo en estas tierras, más propias para fieras que para hombres, sugestionado por tan singular belleza. Este tuvo unos sueños y en los mismos pudo ver hecho realidad lo que él quiso conseguir siempre: una ciudad ciclópea y laberíntica donde se desbordase la fantasía.
Quería una ciudad que fuese como sumergirse en un mundo de lo irreal y de lo fantástico, donde sus formas pétreas simulasen geniales esculturas configurando así una ciudad rupestre, dormida en el tiempo, sin ruidos, muda y habitada por personajes reales hechos de piedra.



El singular sueño parecía demostrar que ese secular encantamiento fuese el resultado de las metamorfosis continuas a las que aquel jefe hechicero sometió al innumerable ejército de rocas donado por la siempre generosa madre naturaleza, perfumando el ambiente con los inigualables olores a espliego, tomillo y romero, como si se tratase del mismo Edén. Asimismo quiso que fuese el asombro de geólogos y arquitectos ante el continuo desafío a las leyes naturales y de la gravedad, que ofreciese un sin par reto a las mentes más creativas e ingeniosas ante estas visiones quiméricas o sueños de inigualable alucinación.
Deseaba que, allí donde la roca y el árbol se unen en un abrazo eterno, esta ciudad rocosa, apasionante laberinto que metro a metro descubría una nueva figura, distinta a la anterior, nos mostrase esas moles pétreas que nos recordasen la visión de una ciudad aletargada y paralizada en el tiempo.
Foto del blog de Fernando Cuenca
Quiso el rey de aquella tribu que la primera representación de tan singular ciudad de encantamientos estuviese presidida por el altar más esbelto queja-más levantara nadie: el Tormo Alto, que luego la historia lo distinguiría como un gigante pedestal donde incineraron el cuerpo de Viriato sus soldados, altivo tributo al caudillo muerto a traición y que la leyenda inmortalizó en estas tierras duras, pero hermosas.
En aquel inmenso mar de piedra fosilizó majestuosas quillas de barcos como si estuviesen esperando el instante de ser botados, caso de que su pueblo tuviese que emigrar. Dio forma a las Setas, recordando un alimento que sus gentes tomaban con frecuencia, no muy lejos del Caimán dormido o en posición expectante, como si el letargo le hubiese hecho quedar inmovilizado. Un poco más adelante, "El Perro", ese canino animal compañero inseparable del hombre, pétrea figura con su cabeza en posición de permanente escucha para cuidar a su amo.
Allá por el desfiladero se contempla al Elefante, figura altiva que parece dirigirse al visitante del lugar recordando al fiel animal que en épocas de guerra desempeñó vital juego en el ataque a posiciones enemigas. A la derecha se aprecian las Muelas gigantes, como si las mostrase al Oso que se encuentra a su izquierda, dándole a entender a su pueblo que nunca tuvo miedo ante nadie ni ante nada, ya que siempre supieron enseñar sus "dientes" a los que intentaron dominarlos.
Después está el Yunque, figura que recuerda el lugar sobre el que se forjó la paciencia y firmeza de un pueblo trabajador como el suyo que supo luchar contra las adversidades y peligros que llegaron a cernerse sobre ellos. No muy lejos está el Caracol, que viene a perpetuar la imagen del nomadismo de un pueblo hasta que se establecieron allí. Para ello utilizaron el Dromedario acostado, que se halla próximo, con objeto de atravesar el inmenso desierto del tiempo que se necesita hasta que otras gentes puedan comprender el significado de estos signos con semejantes moles de roca, al tratarse de una realidad hecha fantasía.
Poco más allá hay modelada una Cara de Hombre, figura perfectamente lograda, ya que se trata del mismo rostro de aquel rey que tuvo la virtud de adormecer, petrificar y acallar a una ciudad cuyo modelo consiguió por medio de poderes mágicos. Se dice que no siempre ofrecerá el mismo rictus, ya que la historia advierte que su rostro permanecerá inalterable mientras dicho lugar sea cuidado por los hombres y se alterará cuando la penuria permita que su ciudad se malogre dejando de ser un lugar encantado.
Después, aparece el Puente Romano como símbolo de aquellas compactas construcciones del antiguo imperio que sirvieron para unir las tierras vastas, extensas, de aquella piel de toro que les proporcionaba el dominio y conexión de todas las rutas. También pretendió él, al reflejarlo aquí, unir los caminos escabrosos de la Serranía y eliminar las fronteras entre los hombres.
Foto sacada de:
Un poco más adelante quiso que figurasen distintos animales, no propios de esta zona, pero que al tratarse de una sociedad alucinante, encantada, serían un complemento ideal. Para ello eligió un grupo de Caimanes, adecuados a lugares exóticos; una Foca con un balón en la boca, simulando un número de circo, y un cocodrilo con la boca abierta en actitud especiante sobre una quebrada roca viva como si se tratase de un caudaloso río.
Luego nos muestra el típico llamador, objeto muy representativo de esta tierra, ya que aparecía, y aún se conserva, en muchas puertas de entrada. No quiso prescindir de El Tobogán o la Montaña Rusa para diversión de niños y mayores A continuación, otros animales: la Serpiente, el Rinoceronte, la Ardilla, el Hipopótamo, el Dinosaurio, la Tortuga, los Osos, la Rana, el Tiburón, variada fauna de una ciudad fantástica.
Una representación muy singular son las Bodegas, que se encuentran subiendo a una quebrada de las rocas y, que vienen a ser un tributo a ese lugar donde se elaboraba y guardaba el bíblico vino obtenido de un puñado de cepas que proporcionaban exquisitas uvas blancas y tintas. Próximo a éstas se encuentra el Teatro con sus cortinas descorridas, indicando a los humanos que este mundo enrevesado y equivocado es un teatro donde cada cual ha de representar su andadura particular siguiendo las costumbres griegas.
También nos muestra la Pila Bautismal para que en todo momento recordemos que gracias a ella no somos "una cosa" sino que tenemos un nombre que se nos ha impuesto a todos dándonos a partir de entonces, una razón de ser y de existir. Allí cerca, a la derecha, está la Cárcel, para hacer constar que es un lugar que siempre debe existir para aquellos seres que no merecen vivir en libertad y rompen la convivencia de los demás cometiendo hechos delictivos.

Un poco más adelante, y visionando el futuro, presenta el Carro de Combate y los Centinelas, como anunciando que el odio de los hombres crearía artefactos para matar, dejando allí un ejemplo muy significativo. Así, también situó a los Centinelas para decirnos con ello la desconfianza que el hombre había originado en el mundo al poco de ser creado y que en la vida hay que estar en continua vigilancia.
En la misma dirección nos presenta un Sapo y una Rana en actitud de saltar, con objeto de que no se nos olvide nuestra perenne posición a fin de que en cualquier momento estemos listos para movernos, puesto que en la vida un descuido puede ser fatal. Algo más adelante aparece la Balanza, insinuándonos que no es bueno el desequilibrio y que debemos permanecer siempre en "el fiel", dado que tanto si se inclina hacia un lado como a otro se nos puede hacer caer.
Una gran representación futurista es la que nos encontramos con El Galeón, pues preveía que habría otra ribera al otro lado de los grandes mares y para surcar sus aguas sería necesario aquel tipo de embarcación. Otra visión increíble fue lo que podemos apreciar en uno de los extremos de la plaza mayor de la Ciudad Encantada: El Buzón de Correos.
Además podemos observar el Frutero, unas Botas de polaina puestas al revés, una lucha entre un Cocodrilo y un Elefante, una Cabeza de Lagarto a la escucha, la Puerta de un Convento, etc. 


Aquel hechicero, y a la vez jefe de ese pueblo primitivo, que cita la historia quiso que sus gentes le recordasen como un buen rey al conseguir una maravillosa ciudad del futuro y para que persistiese a través de los siglos haciendo uso de su poder la convirtió en moles rocosas cuyos encantos durasen hasta la eternidad.
Foto de la Viajeteca
No cabe duda que la Ciudad Encantada, a la que se le ha atribuido un secular encantamiento, fue un acto de hechicería llevado a cabo en épocas primitivas, adelantándose a los siglos. Ese lugar privilegiado que siempre ha causado admiración a propios y extraños ha venido siendo objeto de frases como la del geólogo Federico Botella: "Maravilla, más para el geólogo que para el poeta".


Esta ciudad adormecida, muda , solitaria, cuyas figuras desafiantes y altivas hicieron pensar que se trataba de los restos petrificados de una ciudad ciclópea, son según esta historia, la fosilización de las ideas de un rey que amó tanto a su pueblo como para crear una ciudad fantástica cuyas figuras caprichosas hicieron posible la existencia de "El misterio de la Ciudad Encantada". 

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