Hoy nuestro recorrido literario por Cuenca nos lleva al al barrio del Castillo de la mano de la Guía Histórico Legendaria de Benito Castejón
La iglesia
de San Pedro, de planta octogonal, data de mediados del
siglo XIV. En las
luchas de 1448, entre los Hurtado de Mendoza y el obispo don Lope Barrientos,
la iglesia es convertida en fortaleza; desde ella hostigan a los del castillo y
se defienden con ventaja de los atacantes.
En esta
parroquia había una cofradía, de la que formaban parte los cardadores y
peinadores de lana, y en los solemnes actos que celebraba el Tribunal de la
Inquisición, estos cofrades desempeñaban el oficio de "Soldados de la
Fe".
En uno de los
escalones de la entrada puede leerse un RIP. (Requiescat in pace = Descanse en
paz), que señala el lugar donde fue enterrada la visionaria denominada "La
Beata Isabel Herráiz de Villar del Águila", condenada por el Tribunal de
la Inquisición. Esa mujer hizo creer a muchos (incluso sacerdotes y religiosos)
que Cristo había consagrado su cuerpo y su sangre, y por esto le tributaban a
ella culto de adoración. Por este asunto, la Inquisición procesó y encarceló a
muchos. La beata Isabel murió en la cárcel antes de cumplirse en ella la pena a
que había sido condenada.
PLAZA DEL
TRABUCO.
Desde tiempos
de Juan II, los Hurtado de Mendoza, señores de Cañete,
llevaban el título de
Guardas Mayores de la ciudad y su castillo. En 1448, por enemistad con don Alvaro
de Luna, condestable de Castilla, don Diego Hurtado de Mendoza refuerza la
guarnición, y hace frente a las órdenes del rey que manda entregar el castillo.
La guerra se prolonga por más de un año, sin que logre conquistar la ciudad
defendida por el obispo don Lope Barrientos. Auxiliado don Diego por Alfonso V
de Aragón y Juan I de Navarra, desencadena un gran ataque contra la calle de
San Pedro y contra la iglesia, convertida en fortaleza; desde una barricada,
los conquenses rechazaban los ataques con valentía, mientras los del castillo
disparaban con una bombarda (cañón pedrero, que hacía más ruido que daño). Los
conquenses, amedrentados por tanto estruendo, decían a los del castillo:
"Tirad, tirad, que cuando dejéis el trabuco bajaremos nosotros".
Plaza del Trabuco |
Desde
entonces, esta plaza es conocida con el nombre de "El Trabuco".
El
convento de las Carmelitas Descalzas fue fundado en 1608. Su construcción sobre
las "riscas" de la Hoz del Huécar causa asombro por la maestría de su
ejecución a tal altura. Desde la galería del convento se goza de una hermosa
panorámica de la Hoz, del Cerro del Socorro, de San Pablo y de las Casas
Colgadas.
Cuenta la
leyenda que Sor Olvido (la doña Sancha de "In illo tempore") se
apostaba en este mirador para seguir, más con el corazón que con los ojos, a su
enamorado caballero don Fernandico, cuando por las tardes subía a Mirabueno a
soñar con su amor imposible.
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